viernes, 8 de mayo de 2009

La luna en géminis

El primer recuerdo que tengo de ti; es cuando llegaste a la clase de literatura aquella que nos tocaba a las 7 de la madrugada, llegaste llorando y totalmente exaltada por que un fulano en la calle te había molestado y tu te asustaste tanto que llorabas desconsolada de hecho creo que tan mal te vimos que todos en el salón nos preocupamos hasta la maestra tuvo que salir a ver que te había pasado.

En esos momentos ni yo furulaba en tu vida ni tu en la mía (quien diría…..) ya que te juntabas con Mayra y Shantal que por cierto tenia o tiene la voz mas chillona que he escuchado en la vida; aparte me acuerdo que te mal miraba porque a esa edad ya fumabas y aparte conocías a chavos mas grandes que nosotros y te juntabas con ellos (lo acepto era medio o muy persinada).

De ahí en adelante se que te empezaste a juntar con nosotras durante los últimos meses de nuestro primer año de prepa ya que Miguel (Ñero) era el jefe de grupo junto con Elena y los dos habían ido a una junta en la que conocieron a Pavel e Isabel; creo que después de esa reunión (y por situaciones especiales que merecen otro post) ya te juntabas en la cueva con nosotros.

Comenzaba el quinto e inolvidable año de la prepa congeniamos de una manera especial Iris tu y yo; nos volvimos inseparables, creo que este fue el año que mas nos reventamos nos íbamos a coyoacan con 20 pesos (como han pasado los años) comíamos esquites, helados y todavía nos alcazaba para el camión de regreso.

Nos íbamos a los centros comerciales a pasear, hacíamos que las pobres vendedoras nos mostraran los vestidos mas caros y obvio no comprábamos nada pero nos probábamos todo lo que podíamos; las múltiples ocurrencias; compartimos hasta nuestra primera borrachera, inclusive algunas veces cuando éramos mas pobres que siempre el papa de Iris hasta nos mandaba a pasear y nos patrocinaba el café en Plaza Lindavista.

Nos volvimos hermanas; donde iba unas estaban las demás éramos unas niñas y ya sabíamos el verdadero significado de compartir, entre las tres nos cuidábamos creo que en ese momento nada se nos hacia imposible el mundo parecía nuestro y teníamos tantas posibilidades y opciones y siempre la mejor era estar juntas.

Supongo que te acuerdas de aquellas primeras reuniones de café entre las tres, en las que podíamos filosofar del mundo, hablar de hombres, llorar por los típicos problemas familiares de una adolescente y de cómo esperábamos que nos tratara la vida en el futuro; incluso recuerdo que soñabas en ser diseñadora de modas y ya hacías tus primeros bocetos.

Esta anécdota la tengo que dejar por escrito; inolvidable que la hoy abogada en aquellas épocas y dado lo corto de nuestro capital (esto nunca fue un impedimento) un día nos lanzamos hasta el desierto de los leones y que por andar paseando en el convento se nos paso el camión que nos regresara a la civilización en medio de las desesperación recordaras que te tiraste a la mitad de la carretera y estabas decidida a no moverte de ahí hasta que pasara algún vehiculo y lográramos llegar a la civilización para sorpresa de todos los presentes en ese momento la técnica funciono y un camión de redilas nos llevo al metro Tacuba y todos logramos llegar con bien a nuestras casas.

Podría seguir escribiendo mil anécdotas que creo que hemos contado a muchos porque todas y cada una nos trajeron una enseñanza.

Eres una de las personitas que me ayuda a no perder los pies de la tierra; de hecho puedo decirlo muy orgullosamente te admiro infinitamente ya que la vida desde el principio te puso grandes pruebas y circunstancias especiales y siempre las afrontaste y las afrontas con la cabeza arriba; eres de la mujer mas decidida que conozco, creo que solo necesitas proponértelo para lograrlo.

Creo que coincidimos en aquellos preparatorianos años han sido de los mejores de nuestras vidas; supongo que quien nos conoció en esos momentos apostaba que nuestro futuro seria totalmente distinto al que tenemos hoy; todas tenemos una carrera y creo que seguimos con la ilusión de que nada es imposible.

Gracias por aquello que me diste; que nos diste, por crecer conmigo, por abrazarme cuando lloro; por ubicarme cuando me ofusco; por compartir los momentos especiales de tu vida, por compartirme a tu familia, por ser mi hermanita.

Gracias a dios por haberte conocido y haberte puesto en mi camino.

A ti Carmen.